Ser disidente y babalao, un camino difícil

El primer vicepresidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez visitó el pasado lunes la sede de la Asociación Cultural Yorubá de Cuba, días después que se divulgara el informe del Departamento de Estado sobre la libertad religiosa, que en el capítulo cubano reconoce algunos avances y varios lunares.
Mientras el segundo al mando del gobierno cubano departía con los babalaos de la oficialista asociación, por las calles de Cuba otros sacerdotes de Ifá son mal mirados por no integrar la organización regida por la Oficina de Asuntos Religiosos, regirse por otra Letra del Año, portar armas blancas para sus sacrificios de animales y hasta por ser disidentes, una carga que resulta bastante pesada para llevar.